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El muro de las lamentaciones. Proyecto participativo. CAB (Centro de Arte de Burgos), 2012.

Los muros se han construido desde la antigüedad, para marcar fronteras, proteger feudos y  asentamientos, o mantener fuera a las personas  indeseables. En el mundo actual, los muros pueden servir como monumentos o estructuras de arte, como el muro de Berlín, o como soporte de expresión y comunicación donde es habitual percibir la necesidad de muchas personas de expresarse sobre ellos, a través de firmas, grafitis, etc.
Este proyecto nace inspirado en El Muro de las Lamentaciones, entendido como un lugar de encuentro, expresión y comunicación en el que las personas que a él se acercan, se encuentran, se expresan y se comunican. En el caso de mi proyecto, por supuesto, al margen y más allá de las creencias religiosas.
El objetivo es construir un gran muro de trozos de tela vaquera, obtenidos de ropas usadas por las personas que quieran participar en él. Elijo la tela vaquera porque son prendas de uso universal, además de haber formado parte de mi trabajo en más de una ocasión,  en las que personas conocidas o desconocidas,  me los han dado usados, para que los utilizara en mis obras. Utilizadas con el  objetivo de trabajar con y sobre telas vividas, subjetivadas, ya utilizadas, con vida propia, ya que pienso que la ropa que vestimos nos conduce a un sinfín de recuerdos, a nosotros y a los otros, nos identifica, se llena de nuestras huellas, de olores, son pedazos de nuestra vida, y esto es algo que me interesa muchísimo  y que intento reflejar  en gran parte de mi trabajo.
Por ello, una vez más, y en este caso, la propuesta es hacer una convocatoria para reunir la ropa de personas que deseen participar en el  proyecto, solicitándoles los vaqueros, con el fin de unificar el resultado. Se les pedirá también que escriban una impresión, reflexión o pensamiento, o dibujen algo sobre dicha prenda, que tenga relación con su estado de ánimo, su vida, el mundo, una reivindicación, una protesta, un deseo, etc.
Mi misión consistirá en construir el muro de tela con todo el material recibido, cual “Muro de las Lamentaciones”, haciendo visible lo escrito y aportado por todas estas personas.

Durante los dos meses de duración del proyecto recibí infinidad de prendas vaqueras, llegué a contar más de 170 pantalones, que con ayuda de algunos de los participantes deshice, recorté, dí forma y cosí, para poco a poco construir El Muro en el que finalmente participaron 519 personas, y que tuvo una dimensión aproximada de 85 metros cuadradros .

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