Florecer en tus palabras (homenaje a Virginia Woolf). Estudio RGF, Arriaza 11. Madrid
Marzo 2024.
Sobre Una habitación propia de Virginia Woolf se han dicho, escrito y hecho multitud de cosas y obras. Para mí es un libro de cabecera esencial, luminoso, sanador, necesario y referente. En muchas ocasiones he recurrido a él para tener muy presente su contenido y seguir adelante ante tanta adversidad en un mundo que, ante determinadas circunstancias personales irrenunciables, se me presentaba demasiado hostil.
Florecer en sus palabras es un homenaje, un agradecimiento y una reivindicación personal sobre uno de los libros que me acompañan desde hace años. Dicho libro, con sus anotaciones y subrayados, lo he deshojado, rasgado y cosido sobre papel con flores de hilo negro ideadas por mí. Flores que aluden al desarrollo, al crecimiento, al renacer... que supone para mí su lectura y que me devuelven a muchos momentos en los que la naturaleza ha sido una fuente de inspiración esencial en mi trabajo.
Ella puso palabras a lo que yo no he dejado de vivir y sentir por tener que hacer compatibles las exigencias de ser madre, hija, una mujer que trabaja y, además, artista.
En su primer capítulo Virginia afirma que «una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir». A esto se puede añadir cualquier actividad creativa. La habitación, en muchas ocasiones complicada de conseguir, no es solo un espacio físico, también es un espacio mental que puede ser incluso más difícil de conseguir si gran parte del tiempo se ocupa en hacer otros trabajos y cuidar a la familia.
Más adelante, escribe: «No es necesario apresurarse. No es necesario brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo». Estas palabras cobran cada vez más sentido para mí en una carrera de fondo, sin prisas y teniendo la convicción de que en todo lo que hago se refleja lo que soy.
Termina su libro diciendo: «Yo sostengo que, si trabajamos por ello, hacer este trabajo, aun en la pobreza y la oscuridad, merece la pena». Y merece la pena porque es algo valioso, es un esfuerzo útil que te beneficia fundamentalmente porque te hace feliz.
Estas frases que he seleccionado de Una habitación propia son, para mí, deseos y objetivos que perseguir, esas palabras que solo alguien a quien le importas de verdad te diría.
Florecer en tus palabras es un homenaje a Una habitación propia de Virginia Woolf, un agradecimiento y una reivindicación personal sobre uno de los libros que me acompañan desde hace años. Dicho libro, con sus anotaciones y subrayados, lo he deshojado, rasgado y cosido sobre papel con flores de hilo negro ideadas por mí. Flores que aluden al desarrollo, al crecimiento, al renacer... que supone para mí su lectura y que me devuelven a muchos momentos en los que la naturaleza ha sido una fuente de inspiración esencial en mi trabajo.
Ella puso palabras a lo que yo no he dejado de vivir y sentir por tener que hacer compatibles las exigencias de ser madre, hija, una mujer que trabaja y, además, artista. Ella me ayudó a encontrar un camino y una filosofía de vida acordé a mi misma y mis circunstancias. Ella puso luz a mis deseos y objetivos con palabras que solo alguien a quien le importas de verdad te diría.
