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Bosque de ninfas. Autovía León-Burgos  1999.​
"Virginia Calvo recurre a la mitología de la Antigüedad clásica: Bosque de ninfas, Dríades y Náyades. Para ella, que desde hace muchos años ha tomado el mundo vegetal como emblema iconográfico de su discurso, estos seres, hijas de Zeus  y personificadoras de las fuerzas que presiden la fecundidad de la naturaleza, se convierten en este proyecto en guardianas del Camino de Santiago. En efecto, alojadas en los árboles de un tramo del mismo, sobre uno de los humedales que lo arropan o agrupadas en torno a un bosque artificial al borde de la agresiva autovía, sus elegantes y gráciles formas imponen su presencia sin agresividad. La memoria histórica que contienen les otorga legitimidad simbólica en este Camino de la tardopostmodernidad. Tras haber atravesado el vastísimo tiempo histórico han recalado en esta vía medieval que hoy representa si cabe más pertinencia que nunca los valores del intercambio, de la comunicación, de las transferencias culturales. Las Náyades o ninfas de las aguas, como las Dríades o ninfas  de los árboles alientan desde su refugio el tránsito de los viajeros. En este sentido la propuesta de Virginia Calvo se dirige sobre todo al sentido cultural del paisaje, enfatizándolo. El halo peculiar que todo paisaje posee se ha construido en este caso mediante el reiterado caminar de una vía de peregrinación por la que también fueron filtrándose otros muchos valores espirituales y materiales que llevaron hasta los confines de Europa los pensamientos generados a lo largo y ancho del tablero continental. La autora además encarna todo ello en unas figuras femeninas, alentando legítimamente una posición de género, pues no debemos olvidar que las ninfas poseen en la mitología un carácter autónomo que les permite desenvolverse sin el menor sometimiento al género masculino."
 
                                                                                                                                                                              Javier Hernando Carrasco
 

​La espiral es uno de los símbolos más antiguos de la Humanidad. Representa el pensamiento cíclico, el desarrollo de la vida con su ciclo de muerte y renacimiento. Un símbolo sencillo que ya se encontraba en túmulos mortuorios de la Edad del Bronce y en vasijas griegas y etruscas para simbolizar los ciclos de la naturaleza y la fertilidad femenina. La obra de Virginia Calvo habita en su infinitud. A través de sus formas curvas viaja hacia su interior, hacia los sueños y experiencias que dan forma a su mundo metafórico, femenino e intimista.

El Bosque de ninfas son ocho árboles dispuestos sobre el suelo formando una espiral que sólo puede percibirse cenitalmente. A su vez los árboles están construidos a base de espirales que emergen desde el suelo y se van enredando dando forma a troncos, ramas y a las ninfas que habitan en ellos, integrándose de modo que parecen estar dibujados sobre el paisaje convirtiendo la intervención en un homenaje al dibujo.

 

 

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